sábado, 11 de abril de 2015

La decisión


A veces una decisión que aparentemente resulta simple o que a muchos les resultaría fácil, puede tornarse compleja, al menos ese ha sido mi caso. 

Toda la vida pensando en estudiar Arte Dramático e irme a Madrid a probar suerte, y como cualquier humilde mortal me he desviado de mis objetivos en numerosas ocasiones demorando lo inevitable. Ya comencé mis estudios artísticos más tarde de lo que me hubiera gustado debido a circunstancias externas y a mi falta de coraje para superar dichas circunstancias, pero es que una vez acabados éstos también demoré mi traslado a Madrid por idénticos motivos.

¿Qué te puede retener en tu ciudad? Siempre refiriéndome a mi caso diré que hay varios aspectos:

El más fuerte es la economía, la falta de dinero, pero en el fondo pienso que en parte no es más que una excusa. Soy una persona trabajadora, hay meses que he tenido más y meses que he tenido menos… pues no sé cómo me las he arreglado para que los meses que he tenido más dinero me haya sobrado lo mismo que el mes que he tenido menos, "usease" NADA, ¿Cómo es posible? ¿Quién se ha visto en esta situación? ¿Y porque cuando me decido a trasladarme de repente no tengo para tirar cohetes, pero si para irme manteniendo? Pues yo diría que muchas veces he estado mal de dinero y los meses que he estado bien he tenido que compensar, pero otras muchas veces yo lo llamaría “pérdida de objetivos”, sí porque perdí los objetivos y me compré algún capricho, o gasté ese dinero en cosas, situaciones o formación que no iba encaminada a mi mayor objetivo. Si señores, como ejemplo destacar que tengo tres carreras y un máster, de las cuales solo una de las carreras va acorde con mi pasión, la interpretación, carreras que contribuyeron al despertar de mi conciencia, o a hacerme un pelín más inteligente quizás, quien sabe, carreras que no sé si en un futuro me servirán, pero que ahora entre la generación perdida en la que me encuentro debido a la crisis y que por ahora no tengo ninguna intención de ejercer, (ya que por fin me enfoqué), me costaron mucho dinero año tras año. Dicho esto, el dinero es la mayor excusa - no excusa, valga la redundancia.

Después está la pareja, sí porque te separas de ella, la quieres con locura, y si estas en el peor momento no quieres irte porque sabes que se puede partir la relación y merece la pena conservarla, y si estás en el mejor momento no te quieres ir no vaya a ser que la distancia merme el amor y la pierdas igual. Pero si te quedas, estas triste y apática, saltas a la mínima y en momentos de “sinceridad” le haces culpable de que estés así, porque si te quedaste fue únicamente por tu pareja, todo esto sin que él te lo pidiera. Un dilema mental que solo he sido capaz de superar con una buena charla, su promesa de apoyo incondicional y valentía. Porque como todo el mundo dice, si te quiere que son unos kilometritos de nada…. Aunque eso sí, echándola a menudo de menos y ayudándonos de nuestro querido Skype.

Después está el cuento del sapo. Aunque siempre he sido de evitar los consejos que no me convienen,  es inevitable que algo te condicione si no haces oídos sordos, aunque a decir verdad este no ha sido un gran obstáculo para mí. Un cuento muy bonito que para quién no lo conozca lo pongo a continuación:

"Había en el lugar una gran multitud de sapos. Mucha gente para vibrar y gritar por ellos. Comenzó la competencia. Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era: ¡¡Qué pena!!
"Esos sapos no lo van a conseguir"… Los sapos comenzaron a desistir. Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando: ¡¡Que pena!! ¡¡No lo va a conseguir…!! Y los sapitos estaban dándose por vencidos, salvo por aquel sapito que seguía y seguía tranquilo, ahora cada vez con más fuerza.
Ya llegando al final de la competencia, todos desistieron, menos aquel sapito que curiosamente, en contra de todos, seguía. Pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo. Los otros querían saber qué le había pasado.
Un sapito le fue a preguntar cómo él había conseguido concluir la prueba. Y descubrieron que… ¡era sordo!"
No permitas que personas con pésimos hábitos de ser negativos, derrumben las mejores y las más sabias esperanzas de tu corazón. Recuerda siempre el poder que tienen las palabras que escuchas o lo que veas. Por lo tanto, preocúpate siempre por ser POSITIVO!
MORALEJA:  sé siempre “sordo” cuando alguien te dice que no puedes realizar tus sueños.

Y por último, está el hecho de no querer perderte nada, claro estás acostumbrada a unas costumbres locales, a uno o varios grupos de amigos con sus respectivas quedadas, a eventos familiares, y tú te vas y te despegas de todo eso, y ahora en plena era de las comunicaciones instantáneas, el whatsapp por ejemplo ha hecho mucho daño, sí, porque te llegan las típicas fotitos a los distintos grupos de la gente pasándoselo bien, en lugares y compañías donde tu deberías estar, y ya ni que decir del facebook, y tu o bien estás trabajando porque en Madrid no es fiesta, o bien estás aburridísima en tu casa porque no tienes amigos, o no tienes dinero para quedar para tomarte algo ya que el alquiler, el coche y demás gastos te consumen… Pero bueno este es un mal menor, del que te das cuenta mayormente cuando ya has dado el paso de irte. Se supera… no se… aun estoy en esa fase… y haciendo numerosas escapadas a mi tierra.

No sé si se me escapa algo, si es así seguro que en algún momento vendrá bien volver a ello, en definitiva, los muros más altos para mí en este caso, dinero y pareja, algo que superé en el momento que desbloqueé mi mente gracias al apoyo de la pareja, amigos y familiares.

Y tomé la magnífica decisión de vivir esta aventura.

Perdonad mis faltas de ortografía, pero me perdí con las últimas normas de la RAE.

Tú, sí tú, mi lector, ese que se siente identificado con este artículo aunque te muevan metas diferentes, tú que también puedes aportarme algo de tu experiencia, no dejes de comentar para así aprender juntos o simplemente divertirnos.