domingo, 17 de mayo de 2015

¿De qué voy a vivir?




Fotografía:
https://www.flickr.com/photos/callateflanders/
https://www.facebook.com/profile.php?id=100009731311630&fref=nf
Maquillaje: https://www.facebook.com/pages/Tamara-Garc%C3%ADa-MKP/876183299105378?fref=ts
                                

Esta es la pregunta que más rondaba por mi cabeza cuando tomé la decisión de irme a Madrid en busca de mis sueños.

Todos conocemos la “zona de confort” ¿no?, es esa zona en la que te encuentras seguro, sea buena o mala, pero es la que conoces, y como a todo ser humano nos da miedo lo desconocido, por lo que permanecemos en ella muchas veces sin dar pasos que quizá serían más beneficiosos para nosotros.

Es un concepto que se explica muy bien en el siguiente video:






Pues bien, aunque amplié numerosas veces mi zona de confort, últimamente me encontraba paralizada, en cierta manera me daba miedo salir de ella, pero pese a los miedos lo hice.

Yo trabajaba de azafata de imagen en Sevilla todas las semanas, de hecho era personal fijo de una agencia de azafatas con la que llevaba ya muchos años trabajando, y aunque no me daba para caprichos, tenía el dinero justo y necesario para pasar el mes, bueno siendo sincera malvivía, pero en los tiempos que corren me sentía dentro de lo que cabe afortunada. Además de vez en cuando me salía algún trabajito de modelo y, en menos ocasiones, de actriz.

Pero claro, llegó un momento en el que pensé que eso era lo que tenía, que eran trabajos que tenían fecha de caducidad, y que tenía que hacer algo, por lo que aun más las ganas de cambiar de vida e intentar conseguir lo que quiero se apoderaron de mi. 

Como he dicho, mi mayor miedo era llegar a Madrid y no encontrar trabajo, aunque sabía que trabajos de azafata de imagen posiblemente habría más que en Sevilla, me daba miedo que con mi edad (35 años), no me dieran la oportunidad, ya que es un trabajo destinado a gente más joven, y además, aquí nadie me conocía.

Pensaba que si no encontraba trabajo me quedaría sin nada, sin el trabajo de Sevilla, y sin el de Madrid, y ¿Cómo iba a pagar mis facturas? ¿Cómo me iba a mantener? Pero pensé o ahora o nunca, y me lié la manta a la cabeza y tiré hacia adelante.

He de decir que no me arrepiento de lo que hice, llevo tan solo dos meses, pero no paro de trabajar de azafata de imagen, eventos, protocolo, etc… E incluso he hecho ya algún trabajo de modelo, se me resiste el de actriz, pero mantengo mis esperanzas intactas. Incluso hay gente que cuando se entera de todo lo que trabajo y que llevo solo dos meses en la capital, se sorprende. 

Con respecto a la edad no he tenido ningún tipo de problema, también reconozco que cuento con el aspecto de que parezco mucho más joven, de hecho la gente se sorprende al conocer mi edad, algo que me enorgullece, lo reconozco, y de lo que me aprovecho, al menos mientras pueda, jiji.

Lo más curioso es que en Sevilla vivía muy justa de dinero, aquí sigo haciéndolo, pero pago aún más cosas, como el piso, la comida, etc…

Aún es pronto para cantar victoria, ya que sigo viviendo al día y en algún momento todo se puede torcer, pero quiero decir desde aquí que querer es poder, y que soy del pensamiento de que cuando deseas algo con mucha fuerza parece que el universo se ponga en complot para que lo consigas, ojalá que así sea.

Yo sigo luchando por mis sueños, y desde aquí  animo a que sigáis luchando por los vuestros, no hay que darse por vencido, y haciendo honor a la frase de un amigo, que por cierto me encantó, a veces las cosas se consiguen por erosión, poco a poco y con perseverancia.

✹ Quiero seguir soñando ✹
 

domingo, 3 de mayo de 2015

Un lugar para vivir





Por suerte fue bastante sencillo. Este es el mayor ejemplo de que lo que tiene que estar para ti está, de repente lo difícil se hace fácil.

Diréis... ¿Qué tiene de difícil buscar piso en Madrid? Pues lo difícil no es buscarlo, que por lo que se ve y cuentan a veces sí lo es, sino tener dinero para poder alquilarlo. 

Me vi en Sevilla con la firme convicción de querer probar suerte en la capital, pero sin medios económicos para hacerlo, ya que aunque trabajaba, no me daba como para reunir el dinero.
Por lo que, aunque quería venir a Madrid, no veía el día….

Pero un día, me encontraba trabajando de azafata de noche en un bar solitario, cuando una amiga se apiadó de mí y vino a verme con su pareja. Comenzamos a hablar y les comenté mi inquietud, y su pareja, que es también amigo mío, me ofreció la casa en la que vivía en Madrid mientras hubiera alguna habitación libre (que era una casa de trabajadores que iban yendo y viniendo según hiciera falta en la empresa). Yo no sabía de su situación por lo que me sorprendí gratamente, yo sabía que trabajaba en Madrid, pero pensaba que como todos, tendría una minúscula habitación en la capital, le dije que le tomaba la palabra, y así lo hice, ayudándome a dar un gran paso, algo por lo que le estoy tremendamente agradecida. El hándicap era que estaba a las afueras de Madrid en un pueblo – aldea que se encuentra a 35km, donde no había nada, ni siquiera un simple supermercado… algo que a mí no me importó, ya que contaba con mi cochecito, y así gracias a él comencé mi andadura con mucha ilusión.

Pero esa residencia solo me duró un mes y medio, ya que como era de esperar, mi habitación se necesitó para otro trabajador y me volví a Sevilla algo desilusionada… pero ya contaba con la experiencia de saber que allí en Madrid se cocían cosas, pude ver que era una ciudad llena de oportunidades y me centré en intentar volver.

Estuve trabajando lo más que pude desde que regresé a Sevilla, y a los dos meses de volver, mi amigo me avisó, volvía a tener habitación, esta vez en otro pueblo a la misma distancia de Madrid pero que pertenecía a Toledo. Yo había aceptado un trabajo y no quería romper mi compromiso, por lo que esperé a acabarlo, y con ello alargué mi mudanza un mes más.

Entre medias, he de decir que vivir a las afueras de Madrid era un engorro, ya que tardaba muchísimo en llegar a los sitios, tenía que levantarme muy temprano y en muchas ocasiones pasar todo el día fuera, comiendo un pobre sándwich en el parque… en pleno invierno no es agradable. 

Volví a casa de mi amigo, pero tal fue mi suerte que al día siguiente de instalarme me dice que en tres días me vuelvo a quedar sin habitación, y es que esa era mi vida… una aventura, ya que no sabía en qué momento iba a tener o no habitación. 

Yo había estado trabajando e intentando reunir dinero, pero no había reunido suficiente, aun así había sido precavida y había estado mirando pisos por internet. Hubo uno que llamó mi atención, aparentemente nuevo, con cama grande en la zona sur de Madrid, donde no pedían fianza y de incorporación inmediata… Fui a verlo al día siguiente de llegar a Madrid, esa misma noche mi amigo me dice que necesita la habitación por lo que tomo una decisión rápida y me quedo con el piso.

Parecía que estaba para mí. Cumplía todos los requisitos que yo pedía:

-        -  Que no pidiera fianza (ya que no disponía de dinero para pagarla).
-       -   A ser posible que no supere los 300€.
-       -   Que mis compañeras fueran no fumadoras.
-       -   Que tuviera una cama grande.
-       -   Que estuviera en buenas condiciones.
-       -   Que la zona estuviera bien.
-       -   Y que mi compañera me diera buena impresión.

Tengo que decir que cumplió la mayor parte de los requisitos, pero no todos. Cuando fui a ver el piso la zona no me dio buena impresión, pegados al mío hay unos pisos sociales y bueno... eso me echó algo para atrás, aunque inspeccioné la zona y me di cuenta que también había mucha gente de mi estilo y que parecía un barrio tranquilo.

Por otro lado iba a compartir piso con una madre, más joven que yo, eso sí, y su hija de 10 años, y claro, yo siempre había compartido piso con chicas afines a mí, y compartir con una niña pensé que me restaría intimidad, no sabía si estaría a gusto en esta situación.

Después de dos meses, he de decir que parece que tomé una decisión acertada, ya que la convivencia es buena, en la zona no hay problemas y me siento muy cómoda.

Y de esta manera conseguí mi minipisito en Madrid.